Reseña
Histórica
(Caso
Lucy R.)
Por: Melanie Franco Duran y Sonia Alejandrina
Itza Sánchez.
Palabras Clave:
aroma,psicoanálisis, consciencia, promesa, conflicto afectivo
A finales del
año 1892, Sigmund Freud abordó una terapia con la joven Lucy R. después de que
uno de uno de sus colegas cercanos le transfiriera a la joven que había sido
tratada por una rinitis infecciosa de recurrencia crónica. Sin embargo, la joven
también presentaba síntomas más allá de lo que el colega podía atender ya que sus
síntomas se inclinaban más a lo psicológico.
Lucy R. era una
mujer que vivía en Viena y se desempeñaba como institutriz de un par de niñas de
un matrimonio con una economía elevada. Su relación con la familia era muy
cálida. Esta buena relación llevo a la madre, en su lecho de muerte,
a comprometer a Lucy R: de cuidar de las niñas con todas sus capacidades
posibles y no abandonarlas; dándole entonces a Lucy una gran responsabilidad.
Pasado el tiempo
después de la muerte de la esposa, Lucy R. acude a asistencia médica pues había
comenzado a padecer de ciertos síntomas muy desagradables. Al ser canalizada a
Freud por sus síntomas inexplicables; Freud comienza a darse cuenta que eran
síntomas que se presentaban más por una situación psicológica que medica. La
pérdida de la percepción olfativa, aunque adquiriendo una o dos sensaciones
olfativas muy peculiares, fatiga continúa y disminución notoria en su potencial
de utilidad eran unos de los pocos indicios que Lucy R. presentaba.
La adquisición
de un par de sensaciones olfativas fueron lo más atrajo a Freud en este caso.
Durante la terapia; Lucy R. confiesa que estas manifestaciones habían comenzado
desde una ocasión que en la que horneaba pastelillos con las niñas; al esperar
que estuvieran listos, le llega una carta de su madre enfermiza. Las niñas de las
que se encontraba a cargo, le escondieron la carta para que no la leyera hasta su
cumpleaños. Entre esta situación ansiosa y preocupante para Lucy R. los
pastelillos que se encontraban en el horno empezaron a quemarse; produciendo un
olor que Lucy R. no podía dejar de percibir aun pasado el tiempo. Tal suceso
produjo en ella una somatización de ansiedad y dilema interior de quedarse a
cuidar a las niñas pero al mismo tiempo, desear visitar a su madre haciéndole
percibir el olor de pastelillos quemados cada vez que una emoción fuerte la
abatía.
No obstante,
Freud descubre que este no era el único conflicto con el que Lucy R. estaba
lidiando. Un olor a tabaco también abrumaba a la joven. Freud percibe que había
un elemento que faltaba en las confesiones de Lucy R. Él le externa lo que nota:
Freud,(2009) «No creo que
esas sean todas las razones de su sentimiento hacia las dos niñas; más bien
conjeturo que usted está enamorada de su patrón, el director, acaso sin saberlo
usted misma; creo que alimenta en su alma la esperanza de ocupar de hecho el
lugar de la madre…» - «Sí, creo que es así». - «Pero si usted sabía que amaba al
director, ¿por qué no me lo dijo?». - «Es que yo no lo sabía ó, mejor, no quería
saberlo; quería quitármelo de la cabeza, no pensar nunca más en ello, y aun creo
que en los últimos tiempos lo había conseguido» -«¿Por qué no quería confesarse
usted esa inclinación? ¿Le daba vergüenza amar aun hombre?». - « ¡Oh, no! No soy
una irracional mojigata, una no es responsable de sus sentimientos. Pero ello me
resultaba penoso sólo porque él es el patron a cuyo servicio estoy, en cuya casa
vivo, y respeto de quien yo no siento en mi interior, como hacia otro
cualquiera, una independencia total. Y porque yo soy una muchacha pobre y él es
un hombre rico de buena familia; se me reirían sí vislumbraran algo de esto». (p.
32)
Lucy R. consideraba
la noción que la diferencia entre el estatus económico de ella y su
patrón, impedía que una relación amorosa surgiera. Aunque, ella tenía el
pensamiento de que sí él le daba una oportunidad (esperanza de que su patrón
demostrara el mismo deseo) ella no aceptaría. Lo que impedía que accediera una
propuesta de ese tipo era la promesa que a la señora de la casa le había hecho;
pues Lucy se sentía como si le fuera a quitar el lugar de esposa y
mamá.
Finalmente
Freud deduce que el olor a tabaco que Lucy percibía constantemente, se debía a
que el padre de las niñas era un fumador constante y su atracción hacia él le
producía este aroma a tabaco. Sin embargo, Freud también se da cuenta que Lucy ya
estaba consciente de su problema, no obstante, no quería concientizarlo. Haciendo
esto, una aportación grande hacia lo que ahora nos referimos como psicoanálisis.
Ante esta situación,que
para Lucy ya había comenzado a convertirse en una pesadumbre; ella misma toma la
decisión de dejar el trabajo, la casa y la situación. Así emprendiéndo la
recuperación pronta pero mejor aún, estableciendo una nueva vida.
Basta mencionar,
que Lucy R. también fue un caso especial, ya que el método usado por Freud para
tratarla fue la asociación libre pues el método ortodoxo que él usaba era la
hipnosis; pero este método acostumbrado, curiosamente no funciono para ella.
Se puede entones deducir que
este caso fue particularmente sencillo para Freud. Ya que la asociación libre se
caracteriza por dejar al paciente hablar y por medio de la plática sacar parte de
sus pensamientos y deseos inconscientes. Esto ayudó a Lucy R. a, prácticamente
resolver su propio problema al externar sus turbaciones ante Freud.
Desafortunadamente, el caso
de Lucy R. es desconocido por muchos en el ámbito de la psicología; cuando este
es sólo uno de los muchos de los casos que Freud usó para armar el psicoanálisis.
Aunque un psicólogo no tenga preparación psicoanalítica, es conveniente y hasta
favorable conocer este tipo de historias que nos muestran unas de las pocas cosas
que fueron el principio de la psicología.
El abrir nuestra
perspectiva a nuevas ideas nos crea una inteligencia más flexible como
investigadores. El no conformarse con una sola perspectiva de las cosas; nos
extiende nuestro panorama hacía nuevas fronteras.
Bibliografía
Freud,S. (2009) Estudios sobre la
Histeria,Caso Lucy R. (pags. 29-34)